lunes, 9 de abril de 2007

LA HISTORIA DE HADA

(Viernes, 20 de octubre de 2006, por la mañana. Escrito que encontré en la playa)

I. INTERERSTELAR

I

Es de noche. El doctor Cronos cerró la última escotilla de la nave en el año 24500 de nuestra era. Es un futuro extremo. La guerra interminable de los 500 años ha logrado que mueran 20 mil millones de seres humanos de un solo plumazo. Después de haberse destruido la última gran metrópoli acuática hace 1500 años, las guerras metamórficas han pedido a los humanos restantes que se busque otro planeta para sobrevivir. Aquí la destrucción ha sido total, y el Dr. Cronos no tiene otra alternativa que esconder los doce óvulos fecundados y ponerlos en la única nave estelar que apenas sirve. Se ha terminado la tecnología por ahora, la fe está reducida a cenizas, y el Doctor llora de tristeza y alegría al mirar cómo su vela solar inicia la odisea hacia el espacio interminable.

La noche se hace perpetua rumbo al universo. Cientos de años tendrán que viajar esos doce seres incubados e inanimados, para comprobar si algún planeta del sistema Aldum VII es habitable. Incluso podría decirse que el Doctor iría con ellos, pero él está tan contaminado y enfermo, mutilado y sediento, que ya le es imposible viajar si no lleva consigo el peso de tantos años de radiación terrestre. Entre andrajos y decrépito, con lágrimas viscosas corriéndole por las mejillas, semidesnudo, llorando a las palabras perdidas y a su amada ahí sentada hecha cenizas, el doctor Cronos revisa por última vez que todo lo necesario se haya guardado en la nave:

- “Biblioteca arcaica CORRECTO
- El generador de vida CORRECTO
- Reliquia oculta de religión perdida… CORRECTO”


El viaje inicia, y no volverá a ver a su nave nunca más, cuatro autómatas y tres sondas que adentro la acompañan, conseguirán que al menos una mínima parte de la especie humana logre salvarse. El Doctor cierra la escotilla con el último aliento de fuerza que guardan sus músculos y da la última orden para que la nave salga al espacio.
Allá van los doce embriones. La nave despega y sale de la Tierra, se abre paso entre oscuras nubes, esquiva las batallas que están librando tres bandos humanos en el espacio. De pronto rayos y centellas intentan partirla, pero la vela estelar logra escapar hacia el futuro. Un objeto transparente alcanza a hacer explosión muy cerca y dos módulos de ataque disparan desmesuradamente, cientos de miles de relámpagos invaden por todos lados, allá abajo todo estalla muy cerca de la guarida del Doctor. De pronto un embrión cae al piso y su cubierta queda expuesta. La vela estelar se aleja entre nubarrones de fuego, su destino final está invisible a simple vista, atrás de dos galaxias que han colisionado entre ellas está un sistema de tres soles pequeños que interactúan entre sí rodeados por cincuenta planetas, la mitad de ellos son más grandes que Júpiter, y en ese lugar hay al menos tres posibles mundos con más vida que en la misma Tierra, son infinitamente más pacíficos que cualquier otro lugar, son perfectos para una visita desde otro planeta, ideales para entrar en contacto con otras especies.
Pero todo esto es sólo teoría, nada es seguro ante el ataque que aún persiste allá afuera. Nadie sabe si ese bebé que yace en el piso podrá sobrevivir por mucho tiempo. Lo cierto es que los últimos humanos que aún viven han quedado atrás, destruyéndose mutuamente entre explosiones, acabando por extinguirse y culpándose mutuamente de la debacle. Mientras la vela interestelar escapa, dos visores graban los momentos finales de su huída, y el último científico sensato que aún sobrevive, muere después de lograr grabar un mensaje y ponerlo en la nave que se ha ido más allá de Urano, mucho más lejos que el mismo Plutón.

La nave interestelar Signus Vitae IV[1] vuela a estrambótica velocidad, alcanzando 80 mil kilómetros por segundo en un instante, viaja ya a un 25% de la velocidad de la luz. Con suerte, en 2000 años llegará al sistema solar anhelado por su creador, con su valiosa carga y sus tripulantes durmiendo inertes a bordo.

La vela esta vacía, nada se mueve adentro, como si fuera una nave de alguna civilización desconocida a la deriva, parece como si sólo conservara un armazón latente y viejo; los cuartos sellados, los circuitos inertes, las paredes metálicas de color morado oscuro no reflejan ningún sonido que no sea el mínimo titilar de algunas luces de un tablero lejano. Pero aún así en algún lugar oculto los Gestantes trabajan, como pequeños generadores de vida están programados para procrear seres vivos pero aún están inactivos, esperando el momento indicado para encender la chispa de la vida y construir a un nuevo ser humano.
La caja de petri con el niño fecundado se ha fosilizado en el piso. Ha pasado mucho tiempo. Sólo el silencio total ha invadido las paredes, el piso está frío, los altos muros casi no reflejan la luz, nada se mueve adentro de la vela solar. Allá lejos, como si fuera una nave que hizo alguna civilización desconocida, la vela sigue a la deriva viajando por el espacio; nadie que la encontrara la reconocería, sería un nuevo enigma arqueológico para algún ser que la investigara. Podrían llegar desde otro sistema en naves extrañas y acercarse sigilosamente, ingresar para quitarse la curiosidad y luego descubrir un enorme universo interior de cosas fascinantes...

Si alguien pudiera caminar por esos pisos sentiría un silencio absoluto y todo en penumbra, los controladores siempre alerta, entre los circuitos habría microscópicos robots neuronales detectando y remediando cualquier desperfecto que se presentara, alertas siempre para autorrepararse en cualquier momento, siempre listos para proteger a la nave. Y disparar si es necesario.

El objetivo es enviar constantemente mensajes de lo que son por todo el universo, para que sepan que el ser humano existió, pero siempre engañando su posición para no ser encontrados, mimetizándose gracias a la velocidad que llevan y a que de lejos la vela se hace pasar por otro objeto errante. Alguna vez recibirá de pronto ciertos mensajes de civilizaciones desconocidas provenientes del espacio profundo, entonces tratará de descifrarlos y los almacenará en sus sistemas, los guardará celosamente para que en el futuro otros seres puedan descubrirlos. Pero no habrá quién les responda por ahora a sus mensajes, no habrá ningún ser que los escuche para saber lo que decían.

Por 800 años la vela solar ha viajado y la suerte sigue de su lado, nadie se ha percatado de ella, una extraña y desconocida civilización la ha creado, lleva un mensaje oculto, trae consigo un poco de vida, busca un sitio para poder salvarse, pide perdón por todo lo que ha hecho. A esa velocidad de vuelo han pasado cien mil años reales desde que salieron de la Tierra y allá los seres humanos no existen más. Una vez que se hayan extinguido, algunos sobrevivientes se habrán esparcido por el universo y habrán logrado evolucionar lo suficiente, se dejarán de parecer a lo que alguna vez fuimos; los humanos habrán cambiado y allá en el pasado quedarán olvidados para siempre.
Y allá en la Tierra un viejo y cansado Doctor Cronos yace petrificado con sus huesos sobre un tablero de gel seco, con el dedo apuntando en la tecla enter, como mudo testigo del último mensaje que pudo haber enviado hacia la nave: que se mantenga en secreto la carga especial que lleva a bordo.
La última orden hacia la vela solar se ha escondido como una misión oculta que seguirá dormida. Es un mensaje extraño, trae consigo un poco de esperanza y un poco de aventura, un tanto de dolor y otro más de fascinación futura. Es un enigma incluso para los propios sistemas, permanecerá así hasta el momento más propicio, es indescifrable y sólo será revelado en su momento al ser más indicado; es peligroso y complejo, por eso debe ser guardado, pero también es el secreto más impensable y fascinante, será el destino final de la nave si el enigma logra ser descifrado.
[1] Signo de Vida IV, se pronuncia Siñus Vite. En el plano personal el autor lo pronuncia como Signus Vite. CONTINUARÁ...

(Espera que vaya transcribiendo, si quieres comentar algo o mantenerte informado de los avances escribe a rinocerebro@yahoo.com)

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"Favor de considerar la novela "HADA" para su publicación. (Favor de visitar: http://rinocerebro.blogspot.com/.) La obra me parece digna de ser publicada, considero que valdría la pena que la publicaran. Mil gracias. Atentamente (firma)"

Para conocer la obra completa de esta autor visita: www.geocities.com/rinocerebro

[1] Signo de Vida IV

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Rinocerebro:

Muy bonita tu novela, siempre me ha gustado cómo las demás personas visualizan el futuro de la humanidad.
Me parece que la gran mayoría nos movemos en un espectro de expansión-guerra-destrucción-renacimiento, en ese aspecto tu escrito es trillado, inclusive yo he escrito algo con esa estructura.
Mas no por mi propia idea, sino que guiado por los "grandes maestros", como Asimov en su "Fundación".
Yo me decidí por los cuentos, mas que por la novelas, pero ese no es el caso.
Ya me quedé picado con el desenlace o continuación de tu historia, nos leeremos.

Abraxos.